Si piensas seguir trabajando mientras recibes tratamiento, puedes hacer el proceso más fácil para ti y para tu empleador y tus compañeros de trabajo a través de la investigación, planificación y comunicación.
PREPÁRATE
TUS DERECHOS LEGALES
Conoce tus derechos legales, y los de tu empleador. No importa qué tan buena sea tu relación con tu empleador, es crucial estar preparado. Pocas personas anticipan discriminación, y muchas no reconocen cuando sus derechos han sido violados. (Repasa con el artículo "Tus derechos legales en el trabajo".)
TEN INFORMACIÓN CONCRETA SOBRE TU DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Antes de acercarte a tus colegas, habla con tu médico específicamente sobre cómo tu enfermedad puede afectar tu carrera. Aquí te ofrecemos algunos consejos que te pueden ayudar a hacer el proceso más fácil:
- Dile a tu médico exactamente cuál es tu trabajo y cualquier circunstancia en particular que estarás enfrentando.
- Hazle saber a tu médico que es importante que tomes decisiones que sean buenas tanto para tu salud como para tu trabajo, siempre que sea posible.
- Pídele algunas ideas generales sobre cómo el diagnóstico, los medicamentos o el tratamiento afectarán tu trabajo.
- Conoce los detalles específicos sobre todos los tratamientos y medicamentos. ¿Cuáles son las reacciones normales? ¿Qué puedes hacer para sobrellevar los efectos secundarios? Familiarízate con cada medicamento y cómo te afectará. Averigua si puedes variar las horas que tomas tu medicina para reducir al mínimo los efectos secundarios en el trabajo. Pregunta por opciones de tratamiento que puedan facilitar que continúes trabajando, incluyendo pruebas clínicas.
- Pídele consejos a tu médico sobre el tratamiento mientras trabajas.
CONOCE LA POLÍTICA DE TU COMPAÑÍA
Pregunta en el departamento de recursos humanos para averiguar cómo tu compañía ha manejado situaciones como la tuya en el pasado. Muchos empleadores han desarrollado medidas previendo cualquier contingencia para trabajadores enfermos, incluyendo compartir el trabajo y permitirle a los empleados trabajar desde sus hogares. En vez de esperar a ver lo que puedan ofrecer, haz sugerencias para que tu compañía las considere, tales como:
- trabajar desde tu hogar
- horario flexible (tiempo reducido)
- usar días de vacaciones como días de permiso por enfermedad
- cambiar las obligaciones temporalmente o asumir un nuevo rol en la compañía
- aprender una nueva destreza que te permita trabajar remotamente
CREA UN PLAN DE ACCIÓN
Acércate a tu jefe con sugerencias y soluciones, para demostrar dedicación a tu trabajo y a tu compañía. Algunas ideas:
- Aunque debes conocer tus derechos legales, ten cuidado cuando los menciones: si tu supervisor es alarmista puede sentirse amenazado.
- Usa las mismas destrezas profesionales por las cuales te contrataron: organización, planificación e investigación, para desarrollar y presentar tu plan de acción.
- Usa información y sugerencias claras, concisas y concretas como base para manejar tu tratamiento.
- Lee la sección sobre cómo darle la noticia a los compañeros de trabajo y supervisores (“Cómo decirlo”).
- Trabaja con tu empleador para desarrollar un horario reducido, modificado o más flexible. Para lograr esto, determina las horas o los días que tu presencia en la oficina sea más crucial y planifica su tiempo de acuerdo a esto. Ajusta tu rutina diaria también, planificando las tareas más importantes para los momentos en que te sientas más fuerte.
PREPARA TU LUGAR DE TRABAJO
Prepara tus compañeros de trabajo
Por más que no lo quieras, tu tratamiento afectará tu rendimiento en el trabajo de alguna manera. Asegúrate de tener el apoyo de tus colegas al explicarles lo que pueden esperar. Por ejemplo, la fatiga a causa del cáncer es muy común y puede afectar tu habilidad de trabajar, al igual que tu humor, tus emociones y tu concentración. Avísales que esto puede suceder, pero recalca tu plan de acción para manejarlo.
Prepara tu área de trabajo
Tu ambiente de trabajo debe ser tan cómodo como sea posible. Piensa en formas en las que puedas ajustar tu espacio de trabajo que te ayuden a ser más productivo, entonces modifícalas como sea necesario. Esto puede incluir cosas simples como establecer tu área de trabajo de modo que no tengas que gastar energía innecesaria. Por ejemplo, si tienes un escritorio, pon tu teléfono, archivos, impresora, etc., al alcance. Si una silla especial te hará estar más cómodo, tráela. Podría ser útil el proveer a tu gerente de una carta de necesidad médica para la silla y/u otro equipo que satisfaga mejor sus necesidades actuales.
MIENTRAS ESTÁS TRABAJANDO
Modificación de tu horario
Si puedes ajustar tu horario para ayudarte a balancear tu trabajo y tu tratamiento o aliviar el reingreso al trabajo, considera una de las opciones siguientes:
TELETRABAJO. Trabajar desde la casa, parcialmente o de jornada completa, puede ayudar a eliminar un extenuante viaje al lugar de trabajo o permitirte acostarte cuando sea necesario. La clave para un teletrabajo exitoso es estructurar un arreglo o acuerdo con tu empleador que establezca lo siguiente
• Qué horas trabajarás
•Cómo estarás accesible (vía teléfono o correo electrónico)
• Cómo les indicarás cuándo estarás lejos de tu escritorio (vía respuestas automáticasen mensajería inmediata, correo de voz y/o correo electrónico)
• Tus necesidades de equipo (un teléfono, computadora, impresora, tener acceso a servidores, etc.)
HORARIO FLEXIBLE. Pregúntale a tu gerente si es posible que tú sigas trabajando de jornada completa, pero creando un horario flexible variando el comienzo y el final del día de trabajo. Alternamente, un horario flexible podría implicar tomar tiempo libre durante el día laborable para ir a citas, entonces luego recompensar ese tiempo trabajando más tarde ese día o más tarde en la semana.
AUSENCIA INTERMITENTE DE FMLA. La Ley de Ausencia Familiar y Médica (FMLA, por sus siglas en inglés) puede ser usada en segmentos, lo cual permite que tomes pequeños incrementos de tiempo libre del trabajo para citas o durante los días cuando no te sientes bien.
Mantén un diario de trabajo
Mantener un diario en el trabajo o notas apuntando todo desde citas hasta medicamentos o reacciones y ausencias puede ser muy útil para ayudar a mantenerte organizado.
• Fija citas relacionadas al trabajo
Tomar notas meticulosas sobre cómo te sientes durante el día y la semana puede revelar patrones importantes. Usa esta información cuando planifiques tu horario de trabajo para que puedas incluir la mayor cantidad de horas de máximo rendimiento. Si conoces los momentos que es más probable que te sientas mejor, puedes programar reuniones y citas con más confianza de tu bienestar físico.
• Programa citas con doctores
También puedes usar el diario para determinar cuándo debes fijar citas con doctores y tratamientos. Si necesitas algunos días para recuperarte del tratamiento, trata de hacer las sesiones los viernes por la tarde. O si sabes que te da fatiga tres o cuatro horas después del tratamiento, trata de hacer las citas para que terminen alrededor de las 2 de la tarde, para que no estés en el trabajo cuando te dé fatiga.
• Anota tu historial de trabajo
También tus notas sobre las horas que trabajas, días libres, citas, etc., pueden ser indispensables al enfrentar problemas en el trabajo. En el peor de los casos, si sospechas que se han violado tus derechos, tienes información detallada por tu propia cuenta.
COMUNICACIONES
La comunicación regular puede ayudar a evitar que tus compañeros de trabajo y supervisores pongan en duda tu valor y productividad como miembro del personal. Todo el mundo necesitará que le asegures que sigues siendo parte del equipo. La falta de comunicación puede llevar a confusión y ansiedad —o hasta desconfianza o recelo— mientras que la comunicación clara y constante puede ayudar a tranquilizar en gran medida.
- Comunícate con supervisores y compañeros de trabajo sobre cómo piensas cumplir con tu parte.
- Inicia reuniones regulares con tus supervisores —y colegas, si es apropiado— para reexaminar las expectativas y productividad.
- Informa a tus supervisores y compañeros de trabajo si hay algún cambio en tu condición o en tu tratamiento que pueda afectar tu rendimiento.
- Si necesitas ayuda, pídela. Esto no comunica debilidad, más bien demuestra que estás dispuesto a asegurar el mejor resultado para todo proyecto.