¿A tu jefe? ¿A tus compañeros? ¿A al departamento de Recursos Humanos? La respuesta depende de ti y de las circunstancias en tu ambiente de trabajo. Primero, decide quién en verdad necesita saberlo y empieza por hablar con las personas que te hacen sentir más cómoda. Si en verdad no tienes idea, empieza con el departamento de Recursos Humanos y deja que la experiencia que ellos tienen te ayude a guiarte y apoyarte por el proceso de compartir tu diagnóstico.
Tu jefe
Puede ser incómodo decirle a tu jefe, pero en realidad a la larga podría protegerte. Investigaciones demuestran una estadística alarmante: uno de cada cuatro sobrevivientes de cáncer dice haber enfrentado algún tipo de conducta discriminatoria en el trabajo. Si te encuentras en esa situación, recuerda que la ley para Personas con Discapacidades (ADA por sus siglas en inglés) sólo te protege si le has avisado a tu empleador de tu condición. En otras palabras, lo que tu jefe no sabe podría acabar perjudicándote a ti.
Por el contrario, podrías llevarte una linda sorpresa al ver cómo reaccionan. Al igual que muchas personas, nos hemos dado cuenta de que nuestros jefes son mucho más que supervisores. Pueden ser fuentes de esperanza, apoyo y fuerza más allá del campo profesional. Joanne W. de inmediato encontró alivio y apoyo cuando compartió su noticia con su supervisora y recuerda: "La reacción de mi supervisora fue tierna y cariñosa. Ella me dio un abrazo y lloró conmigo. Después me dijo que se encargaría de todo".
La gerencia y/o Recursos Humanos
Tu jefe tal vez no sea la única persona de la gerencia que necesita saberlo, sobre todo si tú eres parte del equipo de gerencia. Una vez que reveles tu diagnóstico a tu jefe, él o ella tiene el derecho de compartir la información con Recursos Humanos y cualquier otros supervisores o gerentes que se verán afectados. Si tienes una buena relación con esos gerentes, tal vez te beneficiaría que tú misma se lo digas.
También deberías hablar con el departamento de Recursos Humanos. Ellos tendrán bastante información acerca de las normas de la compañía al igual que experiencia con sobrevivientes de cáncer y podrán aconsejarte sobre cómo compartir la noticia y lo que debes anticipar.
Tus compañeros de trabajo
¿Y tus compañeros? ¿Deberías decirles? Si es así, ¿a quiénes? Es imposible proporcionar pautas que sirvan para todos. La respuesta está en la cultura empresarial de la compañía donde trabajas al igual que en las relaciones que tienes con tus compañeros.
Evaluando la cultura empresarial
Tendrás que evaluar la cultura empresarial de tu compañía y ver dónde cabes en el esquema de las cosas. Pregúntate lo siguiente:
¿Cuál es la actitud general de los empleados? ¿Son como una familia o es más un ambiente estrictamente de negocios?
¿Cuáles son las diferencias en las relaciones que tengo con diferentes empleados?
¿A quién considero un buen amigo o amiga, tanto dentro como fuera de la oficina?
¿En quién puedo confiar con mis asuntos personales y profesionales?
¿Ha habido otra persona diagnosticada con cáncer? ¿Cómo se manejó la situación?
¿Cuál es la reacción general de las personas cuando se enteran de la enfermedad de un compañero? ¿Se quejan por tener que trabajar más debido a su ausencia o se unen para apoyarlo?
El analizar estos aspectos te ayudará a anticipar la reacción ante tu noticia y a decidir a quién decirle y cómo hacerlo. Cuando te aconsejamos que confíes en tu intuición no es por falta de un mejor consejo. Tú conoces tu ambiente de trabajo mejor que cualquier otra persona.
Cuando lo más grande no siempre es lo mejor
Aunque hay excepciones, el ambiente empresarial de compañías más grandes a veces puede ser algo impersonal. Quizás no conoces a todos los empleados y prefieras refugiarte en un cierto nivel de anonimato. Y si tienes un puesto altamente competitivo de mucho estrés, tal vez sea sumamente importante no compartir la noticia con tus compañeros. Recuerda que también tienes esa opción.
Si trabajas para una empresa más pequeña o para un departamento muy unido dentro de una empresa grande, puede haber un ambiente más acogedor, como de familia. Tal vez convives con tus compañeros de trabajo tanto como con tu propia familia y sería inconcebible sobrellevar esta experiencia sin compartir la noticia con ellos. Deja que la relación particular que tienes con cada uno de tus compañeros dicte a quién le dices.
¿A quién le dices cuando tú eres el empleador?
Si eres uno de los miles de personas que son dueños de sus propios negocios, claramente no tienes que decírselo al jefe. Sin embargo, es igual de difícil decidir si decírselo o no a tus empleados. La situación es algo complicada por el hecho de que no sólo es una decisión personal, sino que es algo que afecta la moral y el bienestar de tu compañía. Aunque tal vez te gustaría no decir nada para no preocupar a tus empleados, toma un momento para evaluar la cultura empresarial que tanto te ha costado crear y piensa qué lugar ocupará tu tratamiento dentro de ella; sobre todo en cómo tus ausencias o cambio de apariencia podrían afectar a tus empleados.
Si normalmente estás fuera de la oficina ya sea consiguiendo más negocio, entreteniendo a clientes o supervisando el progreso de tu empresa desde la comodidad de tu propio hogar, tus empleados no pensarán nada de tus ausencias. Cuando estés en tu quimioterapia, ellos pensarán que estás en tu oficina en casa haciendo cálculos. No afecta tus deberes o actividades del día a día, así que tal vez no haya motivo para decírselo.
Por lo contrario, si tienes una fuerte presencia física en tu compañía, las cosas son muy diferentes. Los empleados que empiezan a notar tus ausencias frecuentes podrían preocuparse. Peor aún, podrían empezar a hablar y antes de que te imagines, rumores mucho peores que la verdad estarán corriendo por la oficina. Considera compartir tu diagnóstico con un vicepresidente o asistente de confianza. Después deja que él se encargue de explicar tus ausencias a los demás; después de todo, tú lo contrataste por su creatividad y rapidez mental, ¿verdad?
Sin embargo, muchas personas que son dueñas de sus propios negocios se enorgullecen de haber creado un ambiente de trabajo de comunicación abierta y sincera. En tal caso, probablemente tienes una relación lo suficientemente allegada con tus empleados para reunirlos y compartir la noticia con ellos. Ellos apreciarán tu franqueza como muestra de confianza y se sentirán agradecidos por saber de antemano lo que deben anticipar y cómo afectará la compañía (en otras palabras, cómo los afectará a ellos mismos).